Hemorragia digestiva baja

Hemorragia digestiva baja

Especialidad gastroenterología
Sinónimos
Rectorragia, hemorragia intestinal, hemorragia gastrointestinal baja, diarrea hemorrágica

La hemorragia digestiva baja (HDB)[Nota 1]​ es toda aquella pérdida de sangre de inicio reciente originada por una lesión del tubo digestivo cuya localización es distal al ligamento de Treitz[Nota 2], ref [2][3]​ Este dato anatómico es lo que diferencia la HDB del otro tipo de hemorragia digestiva, la hemorragia digestiva alta (HDA), aquella cuyo origen se encontraría por encima de dicho ligamento. Así, la HDB incluye cualquier hemorragia originada en el intestino grueso, incluido el recto y el canal anal, pero además las originadas en yeyuno e íleon, secciones ambas que constituyen la mayor parte del intestino delgado[2][3][Nota 3]​ Su forma de presentación clínica característica es la aparición de sangre o de restos sanguíneos por el ano en forma de hematoquecia o de rectorragia, aunque también lo puede hacer en forma de melena o de heces sanguinolentas. La cantidad de hemorragia puede ser desde mínima, sin repercusión hemodinámica, a una de mayor cuantía y gravedad. Se utilizan otros términos que son sinónimos de la HDB como son hemorragia gastronintestinal baja (es la traducción literal del término usado en el ámbito médico anglosajón), rectorragia, hemorragia colónica y diarrea hemorrágica.[6]

La HDB no es una enfermedad si no un signo clínico por el que se manifiestan diferentes enfermedades. Las causas de la HDB se pueden agrupar en varias categorías: anatómica, como la diverticulosis; vascular, como la angiodisplasia, la isquemia o la inducida por la radioterapia; inflamatoria, como la enfermedad inflamatoria intestinal o la infección intestinal; neoplásica, como los pólipos o los tumores del colon; y iatrógena, como el tratamiento con fármacos anticoagulantes[7], .[8]​ Generalmente, la HDB suele ser menos grave que la hemorragia digestiva alta. Pero aunque la mayor parte de los episodios de HDB son autolimitados y ceden espontáneamente, y muchas causas de la HDB son relativamente benignas o no implican un peligro serio para la salud, la presencia de una hemorragia de este tipo debe ser valorada por un médico y en algunos casos puede necesitar evaluación y tratamiento urgentes.[6]

La HDB es menos frecuente que la hemorragia digestiva alta. Supone entre un 20 y un 30% de los episodios de hemorragia digestiva en general, con una incidencia anual en países occidentales de entre 20-27 casos por 100.000 habitantes[9], .[10]​ Sin embargo, se considera que posiblemente su cifra esta subestimada ya que hay pacientes que no consultan al médico.[11]​ La incidencia es mayor en varones que en mujeres. Y su frecuencia aumenta con la edad, sobre todo a partir de los 60 años, ya que la prevalencia de la diverticulosis y de las causas vasculares, causas estas habituales de HDB, son más frecuentes en ancianos.[10]​ La mortalidad global de la HDB tampoco es desdeñable (alrededor de un 4% en uno de los estudios más amplios al respecto[12]​), sobre todo en el grupo de población de edad más avanzada o con comorbilidad, donde la mortalidad es aún mayor[12], .[10]

Dada su incidencia y su forma de presentación es un motivo de consulta frecuente en los servicios de urgencias[13], .[14]​ Los avances en el diagnóstico y el tratamiento, principalmente con el desarrollo de la colonoscopia, pero también con la angiografía y la radiología intervencionista, han disminuido la necesidad del tratamiento quirúrgico de esta enfermedad. El manejo más efectivo de la HDB con tratamientos menos invasivos ha permitido reducir no solo el tiempo de ingreso hospitalario de los pacientes y los costes sanitarios que se derivan, sino también, y mucho más importante, las complicaciones, la morbilidad y la mortalidad de estos pacientes.[10]


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  1. Williams PL, Warwick R, ed. (1985). Anatomía de Gray. Salvat. p. 1475. ISBN 84-345-2467-8. 
  2. a b Saperas Franch, E. «Capítulo 27. Hemorragia gastrointestinal. (Secciónː hemorragia digestiva baja)». En Rozman, C, et al., ed. Medicina Interna (Farreras/Rozman) (2012, 17ª edición). Barcelona: Elsevier. pp. 228-231. ISBN 978-84-8086-896-9. 
  3. a b Epstein, A; Isselbacher, KJ (1998). «Chapter 44: Gastrointestinal bleeding». En Fauci, AS; et al, ed. Harrison's Principles of Internal Medicine 14th ed. McGraw-Hill. pp. 246 y ss. ISBN 0-07-115268-7. 
  4. ASGE Standards of Practice Committee; Pasha, SF; Shergill, A; Acosta, RD, et al. (2014). «The role of endoscopy in the patient with lower GI bleeding». Gastrointest Endosc 79 (6): 875-885. PMID 24703084. doi:10.1016/j.gie.2013.10.039. 
  5. Ell, C; May, A (2006). «Mid-gastrointestinal Bleeding: capsule endoscopy and push-and-pull enteroscopy give rise to a new medical term». Endoscopy 38 (1): 73-75. PMID 16429358. doi:10.1055/s-2005-921131. 
  6. a b Zuckerman, GR; Prakash, C (1998). «Acute lower intestinal bleeding. Part I: clinical presentation and diagnosis». Grastrointest Endosc 48 (6): 606-616. PMID 9852451. 
  7. Zuckerman, GR; Prakash, C (1999). «Acute lower intestinal bleeding. Part II: etiology, therapy, and outcomes». Gastrointest Endosc 49 (2): 228-238. PMID 9925703. 
  8. Strate, L (24 de julio de 2012). Uptodate; LaMont, JT, ed. «Etiology of lower gastrointestinal bleeding in adults» (en inglés). Consultado el 7 de enero de 2013. 
  9. Longstreth, GF (1997). «Epidemiology and outcome of patients hospitalized with acute lower gastrointestinal hemorrhage: a population-based study». Am J Gastroenterol 92: 419-424. PMID 9068461. 
  10. a b c d Cagir, B (1 de junio de 2011). Medscape; Katz, J, ed. «Lower gastrointestinal bleeding» (en inglés). Consultado el 7 de enero de 2013. 
  11. Talley, NJ; Jones, M (1998). «Self-reported rectal bleeding in a United States community: prevalence, risk factors, and health care seeking.». Am J Gastroenterol (en inglés) 93 (11): 2179-2183. ISSN 0002-9270. PMID 9820393. doi:10.1111/j.1572-0241.1998.00530.x. Consultado el 30 de enero de 2013. 
  12. a b Strate, L; Ayanian, JZ; Kotler G; et al (2008). «Risk factors for mortality in lower intestinal bleeding». Clin Gastroenterol Hepatol 6: 1004. PMC 2643270. PMID 18558513. doi:10.1016/j.cgh.2008.03.021. 
  13. Henneman, PL (2003). «Capítulo 23: Hemorragia digestiva». En Marx JA, et al, ed. Rosen, Medicina de Urgencias. Conceptos y práctica clínica. 5ª edición (edición española). Elsevier España. p. 194. ISBN 84-8174-637-1. 
  14. Vignote Alguacil, ML, et al (2010). «Capítulo 45: Hemorragia digestiva baja». En Jiménez-Murillo LJ, Montero-Pérez FJ, ed. Medicina de Urgencias y Emergencias. Guía diagnóstica y protocolos de actuación. 4ª edición. Elsevier España. pp. 315-319. ISBN 978-84-8086-469-5. 

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